Primeros Auxilios Psicológicos

Todos somos potenciales testigos de un accidente o de una crisis y necesitamos estar preparados. Si alguien recibe una noticia devastadora, si presenciamos un accidente de tránsito o un acto de violencia, si estamos cerca cuando a alguien se le comunica el fallecimiento de un ser querido, debemos saber cómo actuar para mitigar las consecuencias. Y en momentos de crisis masivas, necesitamos saber cómo sostenernos unos a otros.
A nivel internacional se está capacitando a la población para generar capacidad de reacción en la comunidad. La OIM señala que ha habido un creciente movimiento que apunta a desarrollar un concepto similar al de primeros auxilios médicos para hacer frente a los acontecimientos estresantes y traumáticos en la vida.

El resultado de ese movimiento es la formación en primeros auxilios psicológicos. Está dirigida al público en general y no es ningún tipo de tratamiento ni de diagnóstico sino la forma en que cada individuo se prepara para apoyar a otros y generar resiliencia en la comunidad. No deben de ser
jamás un abordaje profundo de lo ocurrido: eso corresponde a los profesionales de la salud mental en una etapa posterior.
Sus objetivos son principalmente aprender a enfrentar el shock psicológico producido por un hecho dramático que nos toca presenciar o en el que nos vemos involucrados, acompañar compasivamente a los afectados para estabilizar y mitigar su angustia, o incluso colaborar como voluntarios en el
manejo de una crisis comunitaria.

Este curso está dirigido a todas aquellas personas que quieran saber cómo reaccionar y colaborar en una emergencia que afecte emocionalmente a los involucrados, así como a todos aquellos que por su ocupación estén expuestos a crisis, accidentes o desastres como por ejemplo personal de la salud,
educadores, transportistas, servicios de emergencia y seguridad como bomberos, agentes del orden, etc.

Objetivos del curso:

– Comprender los conceptos clave relacionados con primeros auxilios psicológicos.

– Practicar la escucha reflexiva y activa.

– Diferenciar las reacciones de comportamiento benignas de las incapacitantes.

– Aprender las bases del triaje (priorización de necesidades): ¿A qué hay que responder primero? ¿Quiénes necesitan apoyo urgente y quiénes pueden resolver por sí mismos? ¿Qué tipo de ayuda necesitan los afectados?

– Aprender a reducir el nivel de estrés producido por el impacto de la noticia o del evento traumático y a mitigar la angustia aguda.

– Conectar a la persona o las personas afectadas con su red de apoyo.

– Potenciar las estrategias de afrontamiento de los afectados, potenciar sus recursos.

– Fomentar su autonomía para que puedan volver a tomar pequeñas decisiones.

– Reconocer cuándo se debe facilitar el acceso a un tratamiento de salud mental u otras formas de cuidado.

– Aprender las pautas de auto-cuidado y reconocer los signos que marcan el límite de hasta dónde podemos colaborar sin abusar de nuestra fuerza.

Temario:

– Diferentes escenarios: emergencias cotidianas o crisis masivas

– Estrategias a desarrollar: Criterios mínimos: cómo proceder. Información necesaria. Organización del espacio. Primeras 72 horas

– Cómo establecer un vínculo rápidamente: Escucha activa y compasiva. Cómo preguntar. Qué no decir

– Triaje en una emergencia comunitaria: Eustrés, distrés y disfunción. Basado en evidencias. Basado en riesgos

– Intervención: Asistencia de necesidades básicas. Estabilización de la excitabilidad aguda. Mitigación de la angustia. Restauración de la funcionalidad básica. Reencuadre. Seguimiento

– Qué debemos saber sobre cómo proceder con: Los adolescentes. Los niños. Las personas con discapacidad. Situaciones de violencia

– Estrategias de autocuidado

– Conceptos de defusing y debriefing